Poseedor del Dogma

$45,000.00

PIEZA ÚNICA -ORIGINAL creada por el artista

Autor: Adriano Silva

Título: “Poseedor del Dogma”

Técnica: Mixta : Acrílico sobre madera y aplicaciones de acrílico texturizado

Medidas: 100 x 80 cm.

Año de realización: 2005 +, –

Observaciones: incluye certificado de autenticidad, no incluye marco

1 disponibles

Descripción

“Poseedor del Dogma” espectacular pintura con relieve, original del maestro Adriano Silva (1925-2016).

En esta obra el autor maneja con gran maestría el equilibrado pero audaz uso del color en magníficos tonos azules y claros blancos, recrea la presencia de un místico personaje que es depositario de la perspectiva única de la verdad que aprecia, proyectando la misma a quienes buscan la tranquilidad de sentirse cobijados por su deslumbrante presencia.

Obra única cuya originalidad trasciende y se ha convertido en una franca obra icónica de la escuela del maestro en la etapa mas representativa dentro de su prolífica trayectoria.

ADRIANO Silva nació en la ciudad de Querétaro (México) en 1925.

Realizó sus estudios profesionales en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda”. En el año 1962 fue nombrado Maestro de artes plásticas en la EscuelaNacional de Maestros. Ha participado en ya incontables exposiciones colectivas e individuales, tanto en nuestro país como en el extranjero, y en el Museo de Arte Moderno de México. Recibió el Premio de Escultura (1966) el concurso Nuevos valores, del Salón de la Plástica Mexicana, del cual aún es miembro activo. En 1967, participa en la II Bienal Nacional de Escultura en el Museo de Arte Moderno. Su relevante exposición individual en el Salón de la Plástica Mexicana,  coincide con XIX Olimpíada (1968) realizada en territorio mexicano. De este año data la edición del catálogo, en una sola tinta (negra), cuyo interés reside en que en sus páginas se consig­nan

a toda una hornada de artistas que han destacado (Adriano Silva entre ellos) como

grandes representantes del arte esencialmente creado en este suelo, entre ellos Diego Rivera,

Clemente Orozco, David Alfaro Siqueíros, Rufino Tamayo, Raúl Anguiano, Santos Balmori, Feliciano Béjar, Alberto Beltrán, Gerardo Cantú, Olga Costa, Germán Cueto, José Chá­vez, Morado, Francisco Dosamantes, Arturo García Bustos, Jorge González Camarena, para ­sólo mencionar algunas de esas luminarias…

Entre esa pléyade estelar se desarrolló el artista pintor escultor que incluimos en estas páginas con unas cuantas de sus obras artís­ticas como muestra. Realizaciones de una singularidad sorprendente y de una origina­lidad auténticamente personal, en las que la concepción estética plástica está estructura­da (en las esculturas) a partir de materiales sencillos y, a veces, son hallazgos: fragmentos de madera o de metal, láminas o alambres incluso, los cuales, metamorfoseados por la ca­pacidad creativa y gran imaginación del autor, devienen piezas escultóricas de caracterolo­gías extraordinariamente asombrosas: figu­ras humanas o humanoides místicos persona­jes, fantásticos seres arcaicos vistiendo ropas que el tiempo ha desgastado evidentemente: harapientas configuraciones fantasmales de expresión graciosa, simpática y en una espe­cial diversidad de comparecencias. Aquí es donde se advierten las facultades del creador­ artista, en el saber, desde su lucida inteligencia e inspiración, retenes, convertir, transfor­mar la materia que lleva rumbo del polvo del olvido en arquitecturas esencialmente artísti­cas, y cuyo discurso expresionista matérico, habla con elocuencia de los puntos de vista del artista acerca de lo que para él es y representa quehacer estético plástico de innovadas evidencias técnicas.

De este destacado escul­tor-pintor, el doctor y coleccionista Salvador García Santos, dice:

“El maestro Adriano admira, ama y cree en la natural­eza como infalible fin y principio de todas las co­sas. Sin embargo, siento que usted no la limita, y sí, al contrario, la supera, la interpreta y deforma con ven­as en un expresionismo inteligente, porque sabe que el mundo del racionalismo no checa con los motivos arte, como pensó alguna vez Augusto Comte y su acrónico positivismo. El área de un cuadro no es a el maestro una simple superficie bidimensional; o un sitio donde inventa un nuevo orden espacial de fantasías, para el que no existen ya las leyes físicas de la gravitación y la densidad… Al final todo este espacio queda poblado de realidades visibles y formas con su propia estructura…

Figuras de sueños en vigilia que solicitan junto al mundo físico una realidad propia que vendría siendo la realidad de la imaginación”. El material es duro, rígido, añejo, ruinoso, carcomido por el tiempo, aparentemente sin voz; pero, una vez llegado a las manos del escultor, algo se opera como si fuera milagro y entonces, eso se convierte en figuras de especial gratuidad a los ojos del espectador, por sus sorprendidas miradas como si esas apariciones estuvieran observándonos en lugar de recibir nuestra curiosa, extrañada sorpresa. Formas, poses y expresiones similares también ostentan las imaginerías iconográficas de sus pinturas. Se trata de una obra artística de la que se podría decir, escríturalmente, mucho, sí no fuera porque el artista prefiere que su obra hable por sí misma. Quizá porque, seguramente, lo hará mejor que cualquier puñado de letras. Así que, aquí están algunos de los trabajos de Adriano Silva, realizaciones por demás, distintas a lo que hemos visto entre tantos pintores y escultores como hay en estos momentos de México.       1

 

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “Poseedor del Dogma”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *