Descripción
Mientras su país estaba en plena guerra, Juana de Arco comenzó a experimentar una serie de sucesos que calificó como divinos.Con tan solo 13 años, la joven Juana aseguró haber visto a San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita.
Estas visiones cambiaron el destino de la doncella. Según se cree, estas visiones le ordenaron llevar una vida “devota y piadosa”. Años más tarde, fue Dios el que la encomendó otra misión: ayudar a Francia a recuperar el trono.
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